Después de siete meses de gobierno puro
del FMLN, la dirigencia roja se atrevió a decir que la “Tregua” vino a
complicar aún más la seguridad de todos los salvadoreños, señalando
directamente con el dedo al ex presidente Mauricio Funes.
Cuando los narcos a través de sus
representantes políticos, incluyendo a los partidos políticos PCN y GANA, realizaron la oferta de
bajar los homicidios a cambio de que se dejara pasar la droga en El Salvador y
que las pandillas comercializaran el narcomenudeo, eso debió de haber sido
suficiente para que el gabinete de seguridad en ese entonces y en manos de
Manuel Melgar, se hubiesen amarrado los pantalones para no dejarse intimidar
por lo que se venía venir.
Bajaron los homicidios pero El Salvador pasó
a ser un corredor de droga tal como lo dijo el periodista investigador
norteamericano Douglas Farrah. Además de ser un paso de narcotraficantes,
Mauricio Funes y los militares se jugaron la segunda parte de este plan macabro
y fue la de trasladar a todos los jefes de las pandillas del penal de máxima
seguridad, a penales de menor vigilancia desde donde hoy por hoy, se ejecutan
las ordenes de asesinato de policías y ciudadanos, además de las aberrantes
extorsiones.
El FMLN supo todo desde el principio y
calló, mientras casa presidencial era el centro de logística y operaciones de
la Tregua. Una de las reuniones entre Mauricio Funes y Raúl Mijango destacaba
que hubo intercambio de 300 mil dólares por parte de la presidencia a cambio
que se bajasen los homicidios. El ex presidente siempre estuvo informado de
todos los detalles de la negociación perversa entre gobierno y pandilleros y
los informes arrojan que los coroneles mencionados Montoya y Argueta, fueron
quienes de forma encubierta y con sus colaboradores, brindaron logística,
entrenamiento, armas, computadoras, dinero, licor, teléfonos, drogas y
prostitutas en los centros penitenciarios en donde se encontraban las cabezas
de las pandillas. Quien daba la cara en todas estas operaciones era el agente
de confianza de Munguía Payes, el tal Mijango.
CAPRES se apoyó estratégicamente en
figuras como el obispo de los militares Fabio Colindres, los delegados de la
OEA, pastores evangélicos, entre otros para hacerle creer a la ciudadanía, que
existía respaldo nacional e internacional.
Cuando el actual ministro de defensa
David Payes llego a Washington, allá la diplomacia estadounidense lo esperaba
con un fajo de informes que denotaban la complicidad entre gobierno, narcos y
venta de armas para los narcos y pandillas. Es importante decir que la Embajada
EUA en El Salvador y el departamento de Estado, aún esperan la finalización de
la investigación de la Fiscalía General de la República y que pondrá a prueba
si es cierto o no que Luis Martínez esta con ellos. Esto se desprende de los
viajes del fiscal general en aviones privados de Enrique Rais, a sabiendas que
Rais financió la campaña de Mauricio Funes y tiene grandes amarres comerciales
con el FMLN y por supuesto del sonado caso del exilio del padre Toño, cuyas
investigaciones por el momento arrojan dolo.
La dirigencia del FMLN cuyo poder ya
dijimos que se centraliza en Salvador Sánchez Cerén, José Luis Merino, Medardo
Gonzales y Roberto Lorenzana, conocen detalle a detalle las operaciones de la
Tregua y no importándoles las graves consecuencias, en primer lugar apadrina a
Mauricio Funes y en segundo lugar por intereses políticos mercantilistas,
mantienen una relación estrecha con los militares sicarios y narcos, además de
su ministro David Munguía Payes.
Es claro que mientras David Munguía Payes y su sequito de matarifes
continúen en el puesto, la violencia narco pandilleril continuara a niveles
exacerbados.
Que quede claro que el estado mayor de
la fuerza armada y los diferentes comandantes de las diferentes guarniciones de
todo El Salvador incluyendo sus agregados militares en el exterior, son
cómplices de las operaciones clandestinas de asesinatos y otros ilícitos. Esto
es muy serio y muy grave y al FMLN no parece importarle, mientras agentes de la
PNC y ciudadanos mueren todos los días.
Es muy importante poner de manifiesto
que los partidos GANA de Tony Saca y el
PCN en donde Chico Merino, Ciro Zepeda y Guillermo Gallegos son los lideres,
tienen estrechas relaciones con la narco actividad y es por eso la extrañeza de
que el FMLN mantenga vínculos políticos con estos que ya se consideran sus
aliados.
Por eso hacemos el llamado a la
ciudadanía para que estemos alertas acerca del papel que tendrá el Fiscal
General en las próximas semanas, de los movimientos que hace la fuerza armada y
varios comisionados de la PNC anexos a ellos, los cuales el libro “Los
Infiltrados” y las investigaciones del periodista Héctor Silva hijo ha
realizado y puesto a la luz pública.
Además teniendo como base todo lo anterior
hemos de decir que nuestro temor en relación a la figura de Nayib Bukele no es
su persona en sí, sino que Tony Saca y Mauricio Funes junto a David Munguia
Payes han logrado impregnarle al edil de Nuevo Cuscatlán, figuras que desde
hace años están relacionados a esa operatividad oscura de la Tregua, los
narcos, el lavado de activos, entre otras cosa. Por allí escondido esta la
figura del narco primo de Tony Saca, Herbert Saca y este se ha encargado junto
a Mecafe y Jerry Cáceres de apoyar toda la logística electoral de Nayib Bukele
junto a una diversidad de indeseables personajes llamados Trolles.
Recordemos que desde hace tres años se
ha venido alertando de los movimientos comerciales que en Nuevo Cuscatlán ha
venido ejecutando la Fuerza Armada a través del IPSFA, Mauricio Funes, Enrique
Rais, Tony Saca y algunas figuras de la dirigencia efemelenista.
Dicho lo anterior, todos sabemos que
como ciudadanos no podemos hacer mucho, porque estas estructuras no lo piensan
dos veces a la hora de mandar a matar obstáculos que atenten contra sus
actividades y ganancias; pero existe una forma de ir desarticulando a todas
estas argollas de poder nefasto, que tiene contaminadas las diferentes
instituciones del estado incluyendo los tres órganos. Nuestro voto puede
cambiar las cosas, nuestro voto es capaz de situar a nuevos políticos que
ayuden a revertir todos estos grupos malignos.
Existe evidencia que el trabajo de
tolerancia pandilleril y sus alianzas con la narco actividad que se inició con
la gestión de Tony Saca y se retomó por el gobierno de Funes, solamente una
fuerza ciudadana el día de las elecciones es capaz de detener.
Todos debemos de hablar con nuestra
gente de confianza, los vecinos, los compañeros de trabajo y nuestras familias,
para que sabiamente acudamos a las urnas y cerrarles las puertas a los partidos
contaminados como GANA y el PCN cuyos réditos con el FMLN ahora lo vemos con la
Corte de Cuentas, totalmente en manos de Tony Saca y la protección desde allí a
toda su corrupción y a la de su socio Mauricio Funes.
Como siempre solamente les solicitamos a
nuestros lectores y a la diáspora en el exterior a reflexionar, a debatir, a
transmitir lo que como sociedad nos está ocurriendo a través del poder político
vendido al crimen organizado y a los carteles regionales, así como al servicio
de las pandillas. Recordemos que no se trata de una ideología, sino de nuestra vida y la de
nuestros seres queridos. El que tiene oídos que oiga.
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